EL ARCHIPIÉLAGO DEL PERRO
El archipiélago del Perro no es un lugar paradisíaco. Se trata de un enclave aislado del mundo, no muy lejos de la costa africana, en el Mediterráneo menos turístico, donde los habitantes tienen que enterrar a sus muertos de pie por falta de espacio. Una tierra dura, salpicada de lava y sacudida por el aliento del Brau, el volcán.
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Una tierra dura, salpicada de lava y sacudida por el aliento del Brau, el volcán. La pesca y la agricultura son la forma de subsistencia de sus gentes, que sueñan con hacerse ricas con la llegada inminente de un proyecto de inversión internacional. Un día, en una pequeña isla volcánica del archipiélago, el mar arroja a la orilla los cadáveres de tres hombres negros, un hecho que pone al descubierto las miserias de los pobladores de la isla, que se debaten entre dar una sepultura digna a los cuerpos de los africanos y ocultarlos para evitar el escándalo. De pronto, esta pacífica comunidad de pescadores se transformará en un grupo de desalmados dispuestos a apuñalarse por la espalda, y su aislamiento y su desconfianza crónicos, exacerbados tras el descubrimiento de los cadáveres, los llevarán a las puertas de la extinción. Philippe Claudel regresa con fuerza y nuevos bríos a los grandes temas de aclamadas novelas como Almas grises y El informe de Brodeck. Maestro en la descripción de detalles y en la creación de suspense, con elementos del género negro y la tragedia clásica, Claudel combina de forma magistral una acción narrativa vibrante con breves pinceladas admonitorias. El resultado es una fábula extraordinariamente lúcida y feroz, una parábola valiente y elegante sobre la crisis migratoria que nos arranca de nuestra cómoda indiferencia y nos invita a rebelarnos ante la ignominia colectiva.